Él alza la vista al oír el portazo de la puerta.
-Cariño?- Aparece su hija llorando, con el miedo ardiendo en sus ojos. Ella lo mira desolada, asustada.
-Papá.-Él deja su periódico encima de la mesa, se quita las gafas y se levanta. Ella ni se inmuta, sigue allí llorando y encerrando ese miedo que le provoca estar así.
-Julia, ¿qué te pasa, por qué lloras?-Ella no responde, su padre la mira desesperado, se acerca y la estrecha sobre su pecho.
-Papá, se la han llevado, me ha dejado, se ha ido...No pude hacer nada, de verdad que no, fue todo tan rápido..y entonces..
-Shh cariño, tranquila, que pasa?, explícamelo-Jorge veía como el pánico inundaba los ojos de su hija.
-Papá, mamá se ha ido me ha dejado, tengo miedo papá, por favor, por favor-. Jorge no lo entendía, pero seguía luchando para comprender el estado de su hija.
-Julia, haber hija mía, tranquilízate.
-¡No puedo tranqulizarme! No me toques, aléjate de mi, no lo entiendes-. Julia lo apartó de un empujón, empezó a temblar, y cayó al suelo. Jorge sobresaltado la intentó coger pero falló, agachado, la cogió en sus barzos y le acarició la frente.
-Julia, por favor, mamá está comprando en el supermercado, escúchame cariño-. Julia no entendía lo que pasaba, veía todo borroso y no paraba de recordar como metían a su madre en aquella furgoneta negra.
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