La carretera no parece acabarse nunca. Mi madre mira, concentrada al frente. Atropellando el asfalto a nuestro paso. Varias señales nos advierten de lo que debemos plantear. Velocidad, curvas, vías de servicio;
LA noche se cubre, privándonos de cualquier luz. Egoísta noche, y vagas estrellas . La fuerza del viento nos impulsa, sin piedad, de un lado al otro. Me refugio en el calor del coche contemplando la dura noche. ''Perfect two'' de Auburn, revolotea alegre dentro y tarareo un poco.
E imagino, a esa persona pensando en mi y tarareando esa canción. Contemplando el oscuro cielo desde donde fuera. Y posando miles de estrellas sobre el manto azul y encenderlas. Rescatar la luna de la espesa penumbra y apresurarse a ponerla perfectamente visible. Adornar la noche para mi, hacerla mas cálida. Que la rígida noche, me sonría. Puesto que odio conducir por la noche,y encima que este tan cerrada, mis pensamientos me mecen. Como si estuviera en sus brazos, sin frío alguno, contemplando la nueva noche.
Sonrió para mis adentros, sonrojándome, que pensaría mi madre si ahora mismo estuviera escuchando todo? Estúpida inocente...seguro.
28 diciembre 2010
21 diciembre 2010
1 €
Si, soy un1€ y si, me estoy dirigiendo a vosotros. Llevo ya 5 añitos furulando por aquí, aun soy joven pero suelo observar hasta el ultimo detalle de la cosa mas insignificante. Últimamente no me muevo tanto como antes, crisis, así la llamáis vosotros. Me suelo aburrir mas, antes viajaba a todos lados, desde un bolsillo de un diseñador famoso de Milán hasta una humilde gorra de lana tirada en las calles de Estocolmo.
Ahora mismo estoy en un bolsillo junto a dos canicas y tres chicles. Según mis escasos años de experiencia, deduzco que puede ser un niño entre ocho u diez años. Nos paramos y le oigo hablar con un señor. Mete su sucia mano dentro del bolsillo y rebusca hasta que sus dedos me localizan. Un puesto de helados. Soy intercambiado por un cucurucho de fresa. Me sorprendo al ver la cara de felicidad que lleva el niño.
Normalmente, nosotros nunca venimos mal. Solemos sacarle una sonrisa a alguien que nos recoge por la calle con un " Que suerte! 1€!". Solemos oír que alguien le de gracias a Dios porque vaya a poder comer algo. Solemos ver sonreír a un jugador de fútbol porque le haya tocado cruz y vaya a empezar su equipo primero. Solemos ver tantas cosas... Aunque no todas son así de buenas. También somos cómplices del trafico de drogas. Somos cómplices de las botellas de alcohol. Somos cómplices de la avaricia y la soberbia. Incluso, somos cómplices de la muerte.
Todas las causas buenas, las sonrisas y la felicidad que yo pueda dar, son efímeras. No tienen comparación con la sonrisa de un "Si quiero" ni con la ternura de una madre al terminar su parto ni siquiera con una risa entre un abuelo y su nieto, ni por asomo. Eso, durante mis 5 años lo he observado, y esa es la evidencia en vuestro mundo.
Ahora mismo estoy en un bolsillo junto a dos canicas y tres chicles. Según mis escasos años de experiencia, deduzco que puede ser un niño entre ocho u diez años. Nos paramos y le oigo hablar con un señor. Mete su sucia mano dentro del bolsillo y rebusca hasta que sus dedos me localizan. Un puesto de helados. Soy intercambiado por un cucurucho de fresa. Me sorprendo al ver la cara de felicidad que lleva el niño.
Normalmente, nosotros nunca venimos mal. Solemos sacarle una sonrisa a alguien que nos recoge por la calle con un " Que suerte! 1€!". Solemos oír que alguien le de gracias a Dios porque vaya a poder comer algo. Solemos ver sonreír a un jugador de fútbol porque le haya tocado cruz y vaya a empezar su equipo primero. Solemos ver tantas cosas... Aunque no todas son así de buenas. También somos cómplices del trafico de drogas. Somos cómplices de las botellas de alcohol. Somos cómplices de la avaricia y la soberbia. Incluso, somos cómplices de la muerte.
Todas las causas buenas, las sonrisas y la felicidad que yo pueda dar, son efímeras. No tienen comparación con la sonrisa de un "Si quiero" ni con la ternura de una madre al terminar su parto ni siquiera con una risa entre un abuelo y su nieto, ni por asomo. Eso, durante mis 5 años lo he observado, y esa es la evidencia en vuestro mundo.
10 diciembre 2010
DICIEMBRE
Respiro y cierro mi libro. Contemplo todo el suelo, desde donde estoy hasta la fuente diminuta y borrosa, está todo lleno de hojas. Meto mis manos en busca de calor en los bolsillos de mi Blazer. El suave y frío viento eleva mechones de mi pelo y huelo mi dulce colonia de fresa. Me levanto y paseo lentamente oyendo las hojas crujir a mi paso. Está todo vacío, salvo una pareja que está a lo lejos románticamente paseando. ¿Dónde está? Debería haber llegado. Me balanceo sobre mis talones algo enfadada.
Unas manos me sobresaltan por detrás. Tras un esperado y cálido abrazo seguimos caminando por el paseo. Él, es mi AMIGO, sí en mayúscula y en negrita. Él me espera, ríe y me comprende. Él está dispuesto a todo, a lo que sea. Él me da el afecto que necesito, es...ÉL. Es Diciembre y es para mí. Y año trás año seguirá siendo mío, mi amigo. Diciembre por siempre..
Unas manos me sobresaltan por detrás. Tras un esperado y cálido abrazo seguimos caminando por el paseo. Él, es mi AMIGO, sí en mayúscula y en negrita. Él me espera, ríe y me comprende. Él está dispuesto a todo, a lo que sea. Él me da el afecto que necesito, es...ÉL. Es Diciembre y es para mí. Y año trás año seguirá siendo mío, mi amigo. Diciembre por siempre..
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