Si, soy un1€ y si, me estoy dirigiendo a vosotros. Llevo ya 5 añitos furulando por aquí, aun soy joven pero suelo observar hasta el ultimo detalle de la cosa mas insignificante. Últimamente no me muevo tanto como antes, crisis, así la llamáis vosotros. Me suelo aburrir mas, antes viajaba a todos lados, desde un bolsillo de un diseñador famoso de Milán hasta una humilde gorra de lana tirada en las calles de Estocolmo.
Ahora mismo estoy en un bolsillo junto a dos canicas y tres chicles. Según mis escasos años de experiencia, deduzco que puede ser un niño entre ocho u diez años. Nos paramos y le oigo hablar con un señor. Mete su sucia mano dentro del bolsillo y rebusca hasta que sus dedos me localizan. Un puesto de helados. Soy intercambiado por un cucurucho de fresa. Me sorprendo al ver la cara de felicidad que lleva el niño.
Normalmente, nosotros nunca venimos mal. Solemos sacarle una sonrisa a alguien que nos recoge por la calle con un " Que suerte! 1€!". Solemos oír que alguien le de gracias a Dios porque vaya a poder comer algo. Solemos ver sonreír a un jugador de fútbol porque le haya tocado cruz y vaya a empezar su equipo primero. Solemos ver tantas cosas... Aunque no todas son así de buenas. También somos cómplices del trafico de drogas. Somos cómplices de las botellas de alcohol. Somos cómplices de la avaricia y la soberbia. Incluso, somos cómplices de la muerte.
Todas las causas buenas, las sonrisas y la felicidad que yo pueda dar, son efímeras. No tienen comparación con la sonrisa de un "Si quiero" ni con la ternura de una madre al terminar su parto ni siquiera con una risa entre un abuelo y su nieto, ni por asomo. Eso, durante mis 5 años lo he observado, y esa es la evidencia en vuestro mundo.
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